2.2 Pensamiento posmoderno
Michel Foucault
Nace en Poitiers, el 15 de octubre de 1926.
Aunque Michel Foucault recusaba el apelativo de “posmoderno”, su pensamiento puede dar algunas notas de la condición posmoderna que hemos estado estudiando, y representa para algunos autores uno de los más preclaros iniciadores de este movimiento.
Fue filósofo, psicólogo y psicopatólogo, se ocupó de problemas como la verdad, el poder y la subjetividad, sus temas de estudio son demasiado peculiares, pues trata la enfermedad, la locura, la delincuencia, la criminalidad, la anomalía, la divergencia social. Criticó la psiquiatría, la medicina y el sistema penitenciario. Dio nuevas líneas para poder especular sobre la sexualidad, el poder, la ética y la ciencia.
Entre sus obras más importantes se encuentra: Locura y sin razón: la historia de la locura en la época clásica, El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, la arqueología del saber, vigilar y castigar: el nacimiento de la prisión.
Tres tópicos en nuestro estudio vamos a analizar tratados por Foucault:
1. La arqueología.
2. El poder.
3. El sistema panóptico.
La arqueología
La arqueología es un tipo de método asumido por Foucault que a semejanza de los arqueólogos busca excavar y hurgar dentro de las estructuras sociales para encontrar los modos históricos que van configurando nuestros modos de vida, de saber y de control de nuestra sociedad.
De esta manera, busca una arqueología de la ciencia, una arqueología que muestre como nosotros nos vamos configurando a través del tiempo en sujetos que hacemos ciencia, saber, y por supuesto que tipos de saberes como sociedad hemos aprendido.
También elabora una arqueología del poder y como este es asumido por la sociedad para lograr el control de la misma. Una arqueología de la moral también, que muestre como nos establecemos normas de conducta.
El poder
el poder tal y como lo pensó Foucault no es la clásica visión de que el poder lo detentan sólo unos pocos y una multitud de gentes lo sufren, en cambio para Foucault el poder es un entramado que se encuentra extendido por toda la sociedad, es decir el poder abarca a todos, nos involucra.
En la modernidad, a decir de Foucault, se incubó el ideal de generar una sociedad disciplinaria mediante tecnologías de control y constitución de identidades, desde esta perspectiva el poder deja de ser solo represivo y se constituye como medio para alcanzar la autorealización humana, el único problema es que no se logra.
El saber, la ciencia o el conocimiento, entendidos estos como sinónimos, son la mascara del poder, es decir el poder se esconde tras las epsistemes (conocimientos), tras el modo que conocemos verdades y referentes de la realidad, de acuerdo a ello, entonces nos comportamos.
Cuando el poder alcanza un nivel de organización alto, es el momento en que se institucionaliza y se constituyen entidades estatales que formulen leyes para el control social. El establecer una hegemonía en la sociedad basada en una sola ideología vuelve al poder represivo, de lo que se trata es de crear tipos de militancias que encaren necesidades y problemas concretos y que no se enamoren del poder, pues no se trata de querer conquistar el poder sino de establecer la posibilidad de la resistencia y con ello no permitir que el poder sea represivo.
El sistema panóptico
En la modernidad nace un sistema penitenciario que intenta ejercer de manera eficaz esa capacidad de control idealizada en esa época, y es en las cárceles, en las clínicas, en los centros psiquiátricos donde se refleja. No obstante es la cárcel donde se elabora este sistema llamado panóptico, que consiste en la construcción de una torreta en el centro del complejo y alrededor de aquella torre vigía se encuentran las áreas de recreo y las celdas construidas en circulo rodeando la torre, para poder desde la torre vislumbrar la actividad de los presos.
Sin embargo, esta construcción tecnológica que se creo en las cárceles refleja la necesidad de ejercer control no sólo ahí, en la cárcel, sino en toda la sociedad, haciendo de cada uno de nosotros vigías del orden social, algunos con mayor compromiso con él, otros con menos entusiasmo en defenderlo.
Jean François Lyotard
Nación en Versailles en 1924.
Lyotard es uno de los filósofos que ya defienden de manera explícita el surgimiento de la posmodernidad. Señaló la decadencia de la modernidad y, cómo sus saberes se encuentran en callejones sin salida y paradojas.
El saber (ciencia)
En una de sus obras titulada La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Realiza un estudio sobre la condición del saber en las sociedades mas desarrolladas, se percata de que el saber se produce para ser vendido, pierde su valor de uso, y solo queda el valor de cambio. Ya no se estudia para contemplar, el saber por el saber, sino para vender. Ni siquiera es un saber para la sociedad o para el estado, es un saber para las grandes empresas y monopolios.
El efecto social de los metarrelatos y su caída
En la posmdernidad, señala Lyotard, la creencia de que la filosofía, la ciencia, la religión pueden explicar a través de sus relatos el sentido y dirección de la realidad ya no es funcional, la veracidad de la salvación crística, la universalidad del saber filosófico, y la inevitable verdad temporal de la ciencia experimental, establecen dudas en la sociedad ahora posmoderna.
Repercute la caída de estos metarrelatos en el rompimiento de los vínculos sociales, para dejar a los individuos como átomos dispersos y en movimiento autónomo. Allí donde no hay una verdad absoluta y aceptada, entonces se genera el relativismo y el disenso, toda verdad es válida y la diferencia es la primera condición para construir el saber.
La posmodernidad
En la posmodernidad (explicada a los niños) Lyotard difunde la idea de que la modernidad ha sido rebasada por la exigencia de la diferencia y el derrumbe de los metarrelatos.
En esta obra, Lyotard define la posmodernidad como “el posmodernismo no es el fin del modernismo sino su estado naciente, y este estado es constante”
A lyotard se le ha acusado de irracionalista, terrorista intelectual, cínico, nihilista, no obstante en la defensa de sí mismo devuelve los cargos, señalando que es la modernidad, la que ya era irracional, terrorista, liberal, cínica y nihilista, sólo que oculta y disfrazadamente. El capitalismo es la muestra más clara de ese liberalismo decadente y falazmente libertario.