jueves, 9 de septiembre de 2010

1.3 El proceso de Hominización

La palabra hominización es utilizada por los biólogos para designar el proceso de la aparición del hombre, como ser psicosomático a partir de formas animales anteriores.

Las preguntas por nuestros orígenes encuentran su culmen de discusión, cuando se cuestiona el origen del hombre, resulta de un interés muy particular, no solo porque es el problema que más directamente nos afecta sino porque, si bien pertenecemos al nivel natural, como las demás especies, nos percatamos que por muchas facultades en nuestra estructura humana rebasamos ese nivel.

Pues bien, este problema de la hominización se plantea sólo hasta la aceptación de la idea de la evolución en los organismos. Como es bien sabido, la difusión de esta idea proviene de una de las obras escritas por Charles Darwin, que lleva por título El origen de las especies. Una obra que ejerció una influencia verdaderamente notable sobre las ideas y el ulterior desarrollo de la ciencia biológica.

No obstante, en El origen de las especies, Darwin aún no se atrevía explícitamente a argumentar de manera clara los orígenes del hombre, simplemente hacia mención que su obra podía dar luz sobre el problema del origen del hombre.

Fue hasta 1866 en que Ernest Haeckel publica “Morfología general” y posteriormente en 1868 publica “Historia natural de la creación”, obras donde se discute abiertamente la problemática de los orígenes del hombre.

Entonces, Darwin contribuye de manera positiva a la argumentación iniciada por Haeckel, publicando Sobre la descendencia del hombre, en la cual reúne material científico para probar indirectamente la descendencia del hombre. Dedica en esta obra un capítulo entero a analizar minuciosamente los factores de la hominización.    
 Con aquellos antecedentes  se dio un impulso a la investigación científica de la naturaleza que contribuyó a que en las ciencias naturales se impusiera la idea de una evolución de los organismos sin excluir al hombre.
Esto condujo a la exploración de los orígenes del hombre a partir de su evolución de organismos anteriores.

Lo que postulan las teorías evolucionistas es la existencia de un remoto antepasado común del que provendría tanto el hombre como los póngidos.

En la actualidad se discute todavía sobre la identidad y las características de dicho antepasado que sería común al hombre y a los simios antropoides, así mismo se cuestiona aun, sobre cuando se separaron las diversas líneas que culminan en las especies antropoides que hoy conocemos.

Existen varias hipótesis sobre la separación de las diferentes ramas, y estas son objeto de debate científico todavía.

En cuanto a la filogenia de los homínidos o el proceso de hominización, que conduce hasta el hombre actual, suele darse como válida la siguiente secuencia: 

Australopithecus – desde  hace 4 millones de años
Homo habilis – desde hace 2.5 millones de años
Homo erectus – desde hace 1.6 millones de años hasta hace 200.000 años
Homo sapiens – desde hace 130.000 años
El hombre actual – aproximadamente desde hace unos 30.000 años.


No obstante por lo que se refiere a un análisis minucioso y con lujo de detalles concretos, existen dificultades y diferencias de opinión entre los científicos.

Definitivamente el intento por reconstruir los orígenes del hombre genera dificultades enormes, sin embargo esto no impide la existencia de un consenso científico generalizado sobre la existencia del proceso en su conjunto.

La controversia que trae consigo el que la ciencia experimental desarrolle un enfoque tremendamente unilateral, basado en el estudio del hombre bajo el aspecto biológico-corporal (morfológico-anatómico), es precisamente el reduccionismo naturalista que ofrece una visión del hombre como algo puramente animal, dejando de lado el estudio integral del hombre en donde se comprenden sus realidades psíquicas y espirituales.