lunes, 25 de octubre de 2010

Teoría de la acción comunicativa

La teoría de la acción comunicativa es un planteamiento crítico hacia la sociedad de carácter filosófico y sociológico elaborado por Jürgen Habermas, filósofo y sociólogo alemán perteneciente a la Escuela de Francfort.


Habermas tiene el objetivo final de dar cuenta de una teoría que explique la  acción social por medio de la comunicación, recurso por el cual los individuos hallan un vehículo para solucionar sus problemas, el primer paso consiste en explicar como los individuos informan su pensamiento, es decir como cada persona se genera una idea del mundo. Y el segundo paso implica hallar el modo en que se conforma un pensar y una voluntad común, es decir, como los individuos con distintos modos de pensamiento pueden llegar de manera consensual a ponerse de acuerdo.
El lenguaje
El lenguaje dentro de la teoría de la acción comunicativa es una condición necesaria para su puesta en marcha, no sólo porque es el instrumento del que nos servimos para expresar el mundo, ni porque se le considera el medio categorizador de los propios contenidos de nuestro conocimiento, sino porque el lenguaje, es una condición “trascendental” por el cual es posible el entendimiento mutuo.
El lenguaje permite la construcción de una comunidad de diálogo en la que cada uno de sus miembros es copartícipe en una acción de entendimiento, dentro de la cual cada individuo participa en la construcción de una objetividad pública, es decir, el significado y verdad de un conocimiento se debe a una intersubjetividad lingüísticamente mediada, capaz de ponerse de acuerdo y de entenderse acerca de los contenidos.
Teoría crítica de la sociedad
La sociedad bajo la perspectiva de esta teoría, no es considerada como un bloque monolítico, constituida de una estructura simple y sencilla. Para Habermas la sociedad esta compuesta por un Sistema y un Mundo de la vida, el mundo de la vida entendido como las personas que  habitan una nación, entidad federativa o región.
El Sistema esta en una constante racionalización de la vida cotidiana y por ello genera dos susbsistemas de acción autónomos en la sociedad: el económico y el administrativo. El económico que tiene que ver obviamente con el dinero y el administrativo (Estado) que tiene que ver directamente con el poder. Estos dos subsistemas poseen sus propios medios de organización de las acciones y de comunicación, el poder y el dinero buscan “acciones orientadas al éxito” en contra de buscar “acciones orientadas a la comprensión” que es lo que busca el mundo de la vida.
Colonización
De este modo la constante oposición de estos tipos de acciones es la causa de los problemas sociales; los subsistemas están constantemente queriendo penetrar o “colonizar” como dice Habermas al mundo de la vida y éste siempre esta luchando por su libertad.
Ética del discurso
La ética del discurso es una propuesta al interior de la teoría de la acción comunicativa que, en contra de la dominación a-dialógica que perpetra el sistema, postula procedimientos específicos que combaten la colonizacion y posibilitan la solución dialógica y consensuada de las patologías (enfermedades) que asolan a las sociedades.
Dos principios constitutivos son los que postula la ética del discurso, el propio Discurso racional de cada miembro de la sociedad y la Universalización de las normas que cada miembro acepta libremente, fuera de toda coacción.

martes, 5 de octubre de 2010

2.2 Pensamiento posmoderno


Michel Foucault
Nace en Poitiers, el 15 de octubre de 1926.
Aunque Michel Foucault recusaba el apelativo de “posmoderno”, su pensamiento puede dar algunas notas de la condición posmoderna que hemos estado estudiando, y representa para algunos autores uno de los más preclaros iniciadores de este movimiento.
Fue filósofo, psicólogo y psicopatólogo, se ocupó de problemas como la verdad, el poder y la subjetividad, sus temas de estudio son demasiado peculiares, pues trata la enfermedad, la locura, la delincuencia, la criminalidad, la anomalía, la divergencia social. Criticó la psiquiatría, la medicina y el sistema penitenciario. Dio nuevas líneas para poder especular sobre la sexualidad, el poder, la ética y la ciencia.    
Entre sus obras más importantes se encuentra: Locura y sin razón: la historia de la locura en la época clásica, El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, la arqueología del saber, vigilar y castigar: el nacimiento de la prisión.
Tres tópicos en nuestro estudio vamos a analizar tratados por Foucault:
1. La arqueología.
2. El poder.
3. El sistema panóptico.


La arqueología
La arqueología es un tipo de método asumido por Foucault que a semejanza de los arqueólogos busca excavar y hurgar dentro de las estructuras sociales para encontrar los modos históricos que van configurando nuestros modos de vida, de saber y de control de nuestra sociedad.
De esta manera, busca una arqueología de la ciencia, una arqueología que muestre como nosotros nos vamos configurando a través del tiempo en sujetos que hacemos ciencia, saber, y por supuesto que tipos de saberes como sociedad hemos aprendido.
También elabora una arqueología del poder y como este es asumido por la sociedad para lograr el control de la misma. Una arqueología de la moral también, que muestre como nos establecemos normas de conducta.
El poder
el poder tal y como lo pensó Foucault no es la clásica visión de que el poder lo detentan sólo unos pocos y una multitud de gentes lo sufren, en cambio para Foucault el poder es un entramado que se encuentra extendido por toda la sociedad, es decir el poder abarca a todos, nos involucra.
En la modernidad, a decir de Foucault, se incubó el ideal de generar una sociedad disciplinaria mediante tecnologías de control y constitución de identidades, desde esta perspectiva el poder deja de ser solo represivo y se constituye como medio para alcanzar la autorealización humana, el único problema es que no se logra.
El saber, la ciencia o el conocimiento, entendidos estos como sinónimos, son la mascara del poder, es decir el poder se esconde tras las epsistemes (conocimientos), tras el modo que conocemos verdades y referentes de la realidad, de acuerdo a ello, entonces nos comportamos.
Cuando el poder alcanza un nivel de organización alto, es el momento en que se institucionaliza y se constituyen entidades estatales que formulen leyes para el control social. El establecer una hegemonía en la sociedad basada en una sola ideología vuelve al poder represivo, de lo que se trata es de crear tipos de militancias que encaren necesidades y problemas concretos y que no se enamoren del poder, pues no se trata de querer conquistar el poder sino de establecer la posibilidad de la resistencia y con ello no permitir que el poder sea represivo.
El sistema panóptico
En la modernidad nace un sistema penitenciario que intenta ejercer de manera eficaz esa capacidad de control idealizada en esa época, y es en las cárceles, en las clínicas, en los centros psiquiátricos donde se refleja. No obstante es la cárcel donde se elabora este sistema llamado panóptico, que consiste en la construcción de una torreta en el centro del complejo y alrededor de aquella torre vigía se encuentran las áreas de recreo y las celdas construidas en circulo rodeando la torre, para poder desde la torre vislumbrar la actividad de los presos.
Sin embargo, esta construcción tecnológica que se creo en las cárceles refleja la necesidad de ejercer control no sólo ahí, en la cárcel, sino en toda la sociedad, haciendo de cada uno de nosotros vigías del orden social, algunos con mayor compromiso con él, otros con menos entusiasmo en defenderlo.


 
Jean François Lyotard   

Nación en Versailles en 1924.
Lyotard es uno de los filósofos que ya defienden de manera explícita el surgimiento de la posmodernidad. Señaló la decadencia de la modernidad y, cómo sus saberes se encuentran en callejones sin salida y paradojas.

El saber (ciencia)
En una de sus obras titulada La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Realiza un estudio sobre la condición del saber en las sociedades mas desarrolladas, se percata de que el saber se produce para ser vendido, pierde su valor de uso, y solo queda el valor de cambio. Ya no se estudia para contemplar, el saber por el saber, sino para vender. Ni siquiera es un saber para la sociedad o para el estado, es un saber para las grandes empresas y monopolios.
 El efecto social de los metarrelatos y su caída
En la posmdernidad, señala Lyotard, la creencia de que la filosofía, la ciencia, la religión pueden explicar a través de sus relatos el sentido y dirección de la realidad ya no es funcional, la veracidad de la salvación crística, la universalidad del saber filosófico, y la inevitable verdad temporal de la ciencia experimental, establecen dudas en la sociedad ahora posmoderna.
Repercute la caída de estos metarrelatos en el rompimiento de los vínculos sociales, para dejar a los individuos como átomos dispersos y en movimiento autónomo. Allí donde no hay una verdad absoluta y aceptada, entonces se genera el relativismo y el disenso, toda verdad es válida y la diferencia es la primera condición para construir el saber.
La posmodernidad
En la posmodernidad (explicada a los niños) Lyotard difunde la idea de que la modernidad ha sido rebasada por la exigencia de la diferencia y el derrumbe de los metarrelatos.
En esta obra, Lyotard define la posmodernidad como “el posmodernismo no es el fin del modernismo sino su estado naciente, y este estado es constante”
A lyotard se le ha acusado de irracionalista, terrorista intelectual, cínico, nihilista, no obstante en la defensa de sí mismo devuelve los cargos, señalando que es la modernidad, la que ya era irracional, terrorista, liberal, cínica y nihilista, sólo que oculta y disfrazadamente. El capitalismo es la muestra más clara de ese liberalismo decadente y falazmente libertario.

2. Pensamiento humanístico-filosófico contemporáneo

2.1 El discurso de la Modernidad y la Posmodernidad

Modernidad
La Modernidad en relación con el desarrollo del pensamiento humano, es un periodo que se encuentra caracterizado por la exaltación de la razón humana.
Esta razón que le pertenece al hombre, según el discurso moderno, puede darle las herramientas indispensables para elaborar construcciones que le permitan incidir de manera óptima y eficiente en el ámbito político, científico, intelectual y social. La razón humana es considerada por los modernos como la rectora del decurso histórico del hombre en todas sus esferas.
Puede tentativamente señalarse el período moderno a partir del siglo XV y continuar su transcurso hasta el siglo XIX, tomando como referente la muerte del filosofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

La etapa moderna trae consigo cambios vertiginosos en el acaecer humano, es la época de las invenciones, como la brújula, la imprenta, se desarrolla una nuevo método para hacer ciencia, basado en la matemática y la experimentación, es el tiempo de los descubrimientos geográficos, como el descubrimiento de América, pero también de la reforma luterana que representa la escisión de una iglesia cristiana que había ejercido un papel demasiado importante en la etapa escolástica anterior, también se dan importantísimas revoluciones como la revolución francesa en plano socio-político y la revolución industrial en plano de la técnica y el desarrollo, surgen nuevas clases sociales y con ello nuevos avatares para la historia de la humanidad.
En este periodo surge la idea de progreso como la meta que persigue la razón humana. A través de la ciencia, del pensamiento, de lo social, de lo político, para alcanzar un mejor futuro, la razón debe de proveer la solución más conveniente para la construcción de dicho progreso. Esa es la modernidad, y esos son sus ideales.

Posmodernidad
Por otra parte, en la época contemporánea ha surgido una nueva perspectiva, en el modo de ver la realidad, los grandes constructos racionales de la modernidad que pretendían explicar lo que es el mundo, el hombre y a Dios, la ciencia y el progreso han resultado fallidos, hay una actitud muy generalizada que podría resumirse en la palabra “desencanto”, este desencanto, pero también crítica y deconstrucción histórica, puede denominársele la condición posmoderna.

Esta condición de “desencanto, crítica y deconstrucción” se encuentra en muchos pueblos dominados por el capitalismo, victimas de una economía de mercado y del desarrollo técnico, que fundamentan una sociedad carente de ética. También existe entre muchos intelectuales que combaten el dogma ilustrado del progreso indefinido de la humanidad, y del sueño clásico de la fundamentación y consecución de verdades objetivas, universales y necesarias.
La idea de progreso
¿Progreso? Cuestionan los posmodernos ¿y para qué?, primeramente dicen, es cierto que la ciencia, el dominio de la naturaleza y el desarrollo técnico nos han dado un cúmulo de excelentes beneficios, pero bajo que costo: ¿bajo la posibilidad de haber engendrado dos guerras mundiales? ¿La construcción de bombas atómicas? ¿La creación de campos de concentración como Auschwitzs para el exterminio de pueblos discriminados? ¿La generación de un sistema capitalista que desplaza a cientos de millones de gentes que viven en medio de pobreza, hambre y desesperación? ¿La sensación interna de un sin-sentido y tedio de la vida en medio de estas problemáticas?, ¿para eso el progreso?, ¿aceptamos verdaderamente pagar este precio por dicho progreso?, es mejor resignarse a aceptar el mundo tal y como es, dirían los posmodernos.
Jean François Lyotard  argumenta acerca de la idea de desarrollo, llamándole el “más vergonzoso de los nombres” porque con el pretexto de llevar a la humanidad a su libertad a través del progreso, esa promesa no se ha cumplido. Y no es que moleste el hecho de que se haya olvidado que el progreso era para el servicio de la humanidad, sino que la propia idea de desarrollo, de progreso que existe, impide cumplirla. Porque todo lo que se ha hecho bajo esa idea ha llevado a incrementar el analfabetismo, el empobrecimiento de los pueblos del sur y del Tercer Mundo, el desempleo, el despotismo de la opinión, se ha impuesto la ley de que es bueno es lo que es más eficaz. A eso, Lyotard dice que nadie se atreve a llamarlo “progreso”.
La caída de los Metarrelatos
Para la condición posmoderna también desaparece la creencia en los metarrelatos, es decir ya no se aceptan como validas las construcciones filosóficas o religiosas que pretenden explicar la vida y su sentido, aquellas construcciones que hablan del hombre, del mundo y de Dios, ahora son considerados fragmentos inconexos sin significado alguno coherente. La historia en si misma son episodios dispersos, múltiples, si unidad alguna. Los historiadores son los que hilvanan  y agrupan sucesivamente el acontecer, pero es una construcción que responde a actitudes caprichosas. Los “metarrelatos” que pretenden explicar la historia son ficciones y entretenimientos de hombres desocupados.
Hay explicitas diferencias entre lo que es la modernidad y lo que implica la condición posmoderna, de manera concluyente puede decirse que la posmodernidad consiste en la desilusión y desencanto de los ideales proyectados en la época moderna.